La ira es un sentimiento humano. A veces el cristiano se llena de cólera y explota contra propios y extraños. En ocasiones quien se hace llamar seguidor de Jesucristo usa la violencia verbal y física cuando debería dejarse dominar por la templanza. Me incluyo.
Esta mañana en Pakistán hubo ataques contra tres iglesias católicas que han dejado decenas de muertos y heridos en Lahore, al norte del país. Desde aquí van mis oraciones por las almas de los fallecidos y deseo la pronta recuperación de quienes han sufrido tal barbarie terrorista.
Lo que me ha sorprendido es la reacción que han tenido algunos pakistaníes tras los atentados cometidos. Desconozco si eran católicos o no. La ira se ha apoderados de ellos, han agarrado a dos de los terroristas y, como se aprecia en la fotografía, los han quemado en la plaza pública.
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